lunes, 16 de julio de 2012

El Trabajo de un Cristiano



Juan 5:17 dice: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”
Hermanos, ¿Qué significa la palabra “Trabajo”?

Según la Real Academia Española de la Lengua, trabajar significa: Ocuparse en cualquier actividad física o intelectual; Ejercer determinada profesión u oficio.

Ahora bien hermanos, ¿Cuál es nuestra profesión, nuestra vocación, nuestro oficio?
Podemos leer en Romanos 6:20-23: “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

El Señor, habiéndonos libertado del pecado, hemos pasado a ser siervos de Dios, siervos de justicia, y como siervos de Dios, ¿Cuál es nuestro trabajo hermanos?

Si leemos Romanos doce y trece podemos ver que los cristianos como siervos e hijos de Dios tenemos ciertas responsabilidades; particularmente me gustaría tratar con Romanos 12:1-9  en donde podemos ver que el Cristiano debe:
1.- Presentarse a sí mismo como sacrificio al Señor. Esto no es otra cosa, sino entregarse completamente al servicio a Dios, sin reservas.
2.- No adaptarnos a la corriente social, por el contrario, renovarnos cada día para el Señor.
3.- Tener un concepto humilde y sobrio de nosotros mismos.
4.- Servir según el don (o los dones) que el Señor haya puesto particularmente en nosotros.
5.- Amar genuinamente
Y
6.-Tener amor por la justicia y odio por la maldad.

Repasemos por favor, lo primero que Pablo presenta como deber es: Sacrificarse para el Señor. Como también podemos ver en Marcos 8:34-38: “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.” La única manera de agradar al Señor Jesús, y no solo agradar, la única manera de poder seguir al Señor Jesús requiere que sacrifiquemos nuestra propia vida y no solo eso, si no que la perdamos todos los días… pues dice también: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23

Pasemos entonces, a lo segundo, dice pablo que hay que abstenerse de adaptarse a la corriente social, a la “moda” sino que hay que renovarnos para el Señor. El mismo apóstol Pablo hace referencia a esto mismo en la primera carta a los tesalonicenses, en el capitulo 5 versos 6 al 8: “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.” Dice Pablo que nosotros somos de día y por esa razón no debemos de actuar como hacen los que son de la noche, nosotros debemos ser sobrios y vestirnos con la armadura del Señor.

Podemos encontrar en la Escritura que no solo no debemos conformarnos, si no que tenemos que ser COMPLETAMENTE distintos del mundo; leemos en mateo 5:13, 14  “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.”  Esto nos enseña que debemos ser completamente lo contrario al mundo, que es corrupción y oscuridad…

El tercer punto dice que es nuestro deber tener un concepto humilde de nosotros mismos. A través de la Palabra, nosotros podremos encontrar que una enseñanza predominante en la mayor parte de los libros, es la humildad. La humildad siendo uno de los dos rasgos que Jesús utiliza cuando se describe a sí mismo (Mateo 11:29) es una característica que compartían los siervos mas “emblemáticos” del Señor; por ejemplo, encontramos que en el proceso de preparación, el Señor quita de la vida de sus siervos, toda razón que ellos pudieran tener para gloriarse y la sustituye con su sola providencia. Tenemos a Moisés, que, según Hechos 7:22  fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. ¿Que hizo Dios? Despojó a Moisés de todo su esplendor en Egipto y lo utilizo cuando era un humilde pastor en el desierto. De la misma manera, podemos ver esto en Pablo, que en Filipenses 3:7-9 dice: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.”

La cuarta enseñanza expone que debemos servir según el don que hayamos recibido, ahora bien, para entender esto, habrá que entender que es un don; la Biblia dice en Efesios 4:7,8 que el Señor dio dones a los hombres, Romanos 12:6 que cada uno de nosotros debemos servir según nuestro don. La RAEL define don como: Dádiva, presente o regalo; Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe y finalmente como Gracia especial o habilidad para hacer algo. Es por eso que dice: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.”

El quinto deber es un deber muy importante, es vital gracias a que por este atributo, dijo el Señor, seremos conocidos. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Y aún más importante dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” 1 Juan 4:20.

Por último tenemos el sexto deber: Aborrecer lo malo y buscar lo bueno. Siempre que leo este pasaje, viene a mi memoria que es lo que quiere Dios de cada uno de nosotros; ¿Alguien sabe que quiere Dios de cada uno de nosotros? Bien, la respuesta está en Miqueas 6:6-9 que dice: “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece.”

Me gustaría hermanos, terminar repitiéndoles que Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo; me gustaría recordarles así mismo las palabras de Jacobo: “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 1:17.


Por: Aarón D. Ruiz Gzz.
Expuesto el Domingo 25 de Septiembre del 2011 en Galilea A.R.

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